1. Plantéate objetivos claros y realizables: Antes de comenzar, pregúntate: ¿Por qué quiero aprender español? ¿Qué quiero conseguir? ¿Cuánto tiempo puedo dedicar a este aprendizaje? Plantearte metas específicas te ayudará a mantener la motivación y te dará pistas sobre dónde encauzar tus esfuerzos. Por ejemplo, puedes decirte: “quiero hablar español, quiero ser capaz de mantener una conversación básica con un hispanohablante en un tiempo fijado de al menos tres meses”.

2. Sumérgete en el idioma desde el primer día: No esperes a dominar la gramática para entrar en contacto con el español. Busca todo tipo de oportunidades como escuchar música, ver películas y series, leer libros y revistas, y, en especial, hablar con nativos: la inmersión temprana te ayudará a entrar en contacto con la sonoridad de la lengua y a adquirir vocabulario de manera natural y no articulando la lengua como puede suceder en papel. No olvides que la semiótica nos enseña que el lenguaje se aprende en su contexto, pero no en un vacío.

3. La comunicación importa más que la corrección gramatical al inicio: No te obsesiones por hablar perfecto desde el principio. Equivocarse es normal. Lo importante es poder comunicarte y practicar. La fluidez inicial te otorgará la confianza para seguir aprendiendo y enriquecer la gramática más adelante. El significado se construye en la interacción, no en la corrección gramatical constante.

4. Estudia vocabulario en contexto: No memorices listas de palabras sueltas. Aprende vocabulario en frases y oraciones, y asócialo a imágenes o situaciones concretas. Te ayudará a recordar las palabras con mayor facilidad y a entender el significado de la palabra en contextos diferentes.

5. Practica la pronunciación desde el principio: La pronunciación es la base para la comprensión y para una buena comunicación. Presta atención a los sonidos del español que son distintos de los de tu lengua materna, utiliza recursos en línea, como vídeos y grabaciones de audio, para practicar la pronunciación de palabras y de frases.

6. No te limites a los libros de texto: Utiliza variedad de recursos, canciones, películas, series, podcasts, etc. Te permitirá aprender el español en su forma real, el que se habla en la calle, y conocer distintos acentos y expresiones culturales. La cultura no se puede separar de la lengua y, desde la sociolingüística, podemos entender esta relación entre la lengua y la cultura.

7. Busca oportunidades para hablar con nativos: Hablar con hispanohablantes es la mejor forma para poder practicar tu español y mejorar la fluidez. Para ello puedes buscar intercambios de idiomas en línea o unirte a grupos de conversación de tu comunidad.

8. Aprovecha la redundancia del lenguaje: La lengua está llena de redundancia para permitir que entendamos el mensaje que se da incluso sin conocer todas las palabras. No te frustres si al principio no entiendes todo. Con el tiempo y la práctica irás comprendiendo cada vez más. Desde la lingüística, sabemos que la redundancia ayuda a la decodificación del mensaje.

9. Sé constante y paciente: Aprender una lengua requiere tiempo y esfuerzo. No te desanimes si no obtienes resultados inmediatos. La clave está en la constancia y en la práctica.

10. Disfruta de la experiencia: Aprender un nuevo idioma no tiene precio, ya que, además, se te abre la puerta a una nueva cultura y a una nueva manera de mirar el mundo. ¡Diviértete con esta aventura que es explorar el español y la cultura latinoamericana!

Recuerda que aprender un idioma es un viaje, no un destino. Disfruta de cada etapa del camino y celebra tu pequeña victoria. ¡Mucho éxito en el aprendizaje de español! ¡No dudes en preguntarme cualquier cosa! ¡Estoy por aquí para ayudar!

Escrito por Dewin Jiménez, profesor de Parce Spanish School.